martes, 11 de enero de 2011

Mis razones

Desde que tengo uso de razón, lo que he querido hacer es enseñar. Esto puede parecer arrogante porque se puede pensar que querer enseñar es pensar de ti mismo que tienes muchos conocimientos que trasmitir, pero no tiene nada que ver con eso.
La primera vez que recuerdo que quise ser profesora, bueno, por aquel entonces maestra, fue cuando llegué al colegio en segundo de preescolar. Venia de una guardería donde estuve hasta primero de preescolar, en la que la profesora era un poco brusca. Enseñaba con gritos o tirones de pelo  (mis pobres trenzas :P). Entonces llegué allí y me encontré con una persona maravillosa que me trataba con el mayor cariño del mundo y supe que yo quería ser como ella.
Según fui creciendo diferentes profesores fueron marcando mi vida. En tercero de primaria nuestra maestra se tuvo que ir unas semanas por una operación y entonces vino una profesora sustituta, casualmente llamada Lola, que, aunque solo estuvo allí poco más de un mes, no olvidaré nunca. Ella nos hizo ver que había otra manera de aprender en la que a la vez nos podíamos divertir y donde teníamos voz y voto. Todos hicimos unas reglas que pegamos en la puerta para que todo el mundo la tuviera muy presente. Pocas veces nos reñía y siempre estaba de buen humor. Aprendíamos con juegos, y siempre estábamos muy motivados. Aun recuerdo a todos mis compañeros estudiando como locos las tablas de multiplicar en el recreo porque cuando acababa teníamos matemáticas y entonces jugaríamos a un bingo muy especial en el que los números que cantaban eran como toda la vida pero en los cartones  teníamos “3x5” o “7x2” y el que ganaba tenía como premio algunas chucherías.
Más tarde, llegué al instituto, y mis ganas de ser profesora se fueron esfumando porque la situación en aquel centro era muy difícil, los profesores lo pasaban realmente mal porque había bastantes alumnos conflictivos. Allí tuve muchísimos profesores diferentes pero ahora mismo recuerdo sobre todo dos.  La primera, mi profesora de inglés, Trini. Siempre me había encantado la cultura  y el cine estadounidense y prácticamente solo escuchaba música en inglés, nada de flamenqueo que era lo que escuchaban mis amigas. Sin embargo en el colegio el inglés no me acababa de motivar e incluso suspendía algún que otro examen. De repente llegue al instituto y sacaba sobresaliente porque me motivaba la manera en la que lo enseñaba. Entonces empecé a cogerle cada vez más el gusto al inglés.  Empecé a traducir las canciones de mis cantantes favoritos en mis ratos libres. Cuando nos mandaba leer un libro yo no me lo leía por obligación, si no que lo leía como si fuera un pasatiempo buscando todas las palabras que no sabía.  Empecé a querer aprender más y más.  Otro de los profesores que tengo en mi memoria estaba, mira por donde, de prácticas. Nos daba física y química y la primera clase que dio él solo, nos estuvo explicando sus razones para estar donde estaba. Nos dijo que él estaba a punto de dejar de estudiar que nada le motivaba pero que entonces llego un profesor que lo cambió todo para él. Empezó a apasionarse por esa asignatura y decidió que quería dedicar su vida a ello. Yo me sentía identificada con él en cierto modo y por eso jamás olvidé sus palabras.
A estas alturas después de este ‘tocho’ supongo que ya sabréis porque quiero ser profesora. No es ni mucho menos porque piense que el inglés es lo más importante del mundo, sino porque pienso que es muy bonito poder influir en la vida de las personas de esta manera, darles lo mejor de ti y tal vez así hacer de ellos mejores personas.  Los profesores nos influyen mucho a la hora de elegir nuestro camino y a la hora de ser y actuar. No sé si vuestras experiencias serán parecidas pero yo tengo muchos recuerdos de cosas que dijeron mis profesores que me han marcado de alguna u otra manera. No hace falta estar meses o años en la vida de esas personas para que algo cambie en ellas solo ser capaces de llegarles hondo. Creo que hay cosas de esta sociedad que deben cambiar y que desde las aulas es desde donde mejor lo podemos intentar. 

1 comentario:

  1. Me ha gustado muchísimo. Eres un profesional increíble. Mucha suerte. Saluditos Lola

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